Foco de
lectura:
Un escritor infantil, ¿es siempre un escritor novato?
Los
autores Marlene Scardamalia y Carl Bereiter (1992) proponen dos modelos de procesos de
producción de textos, los cuales intentan explicar las diferencias entre
escritores expertos y novatos, la que de acuerdo a ellos radicaría en la manera
global de abordar la producción textual. No obstante, debido a que sus grupos
de estudios difieren significativamente en edad ellos utilizan la nomenclatura
“maduros” e “inmaduros”” ya que, ambos grupos podrían ser “expertos” en
diferentes tareas o habilidades. Estos dos modelos serán detallados a
continuación.
1.-
Modelo “Decir el conocimiento”: Se caracteriza principalmente porque el
escritor no elabora un plan de producción textual, sino que configura su texto rápidamente
a partir de todo el conocimiento que tiene acerca del tópico que está tratando
y del género discursivo en el que está enmarcado. Estos últimos, tópico y
género, son los componentes que le permiten al escritor recuperar rápidamente
información pertinente guardada en su memoria (“activación propagadora”) y,
así, “aumentar la tendencia hacia la coherencia” (p. 46). Por lo tanto, es un
modelo de proceso que tampoco considera a la audiencia ni la revisión del
texto. Este proceso de producción textual escrita solo finaliza cuando el
escritor ya no tiene “nada más que decir”.
2.-
Modelo “Transformar el conocimiento”: Este modelo se caracteriza porque el
escritor resuelve dos tipos de problemas: de contenido y retórico. El problema
de contenido hace alusión a toda la información conceptual, mientras que el
problema retórico “se ocupa de cumplir los objetivos discursivos así como de
las relaciones entre el contenido y las posibles reacciones del lector” (p.
48). El proceso de “transformación” propiamente tal se produce en el espacio de
contenido, no obstante, esto no es posible si no existe una relación entre el
espacio retórico y el espacio de contenido.
En
este caso, los autores creen que la activación de la información de la memoria
ocurre de la misma manera que en el modelo anterior, sin embargo, en este
modelo la información recuperada debe adaptarse al tópico, al género y a las
demandas del problema retórico.
En
relación al foco de lectura planteado, Bereiter y Scardamalia (1992) en su
investigación han descubierto que existe coincidencia en que los escritores
inmaduros tienden a “decir el conocimiento”, lo que se explicaría por su
posición de desventaja en los procesos de adquisición de la escritura que aún
no están automatizados (caligrafía, ortografía, entre otros), “en consecuencia,
cualquier solución al problema de generar un discurso escrito, será la que
implique menos conocimiento y la que economice esfuerzos mentales” (p. 50). No
obstante, consideran que el resultado de este modelo es plausible en los
primeros años de escolaridad.
Finalmente,
Bereiter y Scardamalia (1992) proponen que “es necesario ayudar a los estudiantes a
pasar de procesos de composición que consisten en <<decir el
conocimiento>> a procesos de composición que consisten en
<<transformar el conocimiento>>” (p. 44).
Valoración:
Concuerdo
con Bereiter y Scardamalia (1992) en la frase anterior, puesto que considero que es
necesario que los estudiantes sean capaces de “transformar el conocimiento”. Esto,
porque creo que este modelo permite ampliar las oportunidades para reformular
el conocimiento y repensar, continuamente, la información que nos rodea, lo que
en definitiva creo que aportará a la formación de personas con pensamiento
crítico y autónomo no solamente a nivel escolar y académico, sino que en todas
los ámbitos de la vida.
Por
otra parte y finalmente, considero que es un modelo interesante de conocer ya
que valida las producciones textuales de los niños y niñas dentro de sus
capacidades y, asimismo, me invita a reflexionar en todos aquellas actividades
en que los/las estudiantes de primer
ciclo básico y educación de párvulos son expertos o expertas y no son
consideradas por tratarse de tareas “menos complejas” a priori.
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